Situado en la comuna de Morne-à-l’eau, el Canal des Rotours fue excavado a lo largo de casi 6 km por más de 300 hombres libres o esclavos entre los años 1826 y 1829. Comienza en la llanura de Grippon, atraviesa la ciudad y desemboca en el Grand-Cul-de-Sac Marin en Pointe à Feuille, no lejos de Vieux-bourg. Este canal se origina en la continuidad de las cárcavas de Coudes, que atraviesan la llanura de Grippon de un extremo al otro. Construido en el siglo XVIII, para el drenaje (secado y saneamiento) de la zona pantanosa de Grande-Terre, permitió también el desarrollo de la agricultura y una aceleración del transporte fluvial de alimentos y materias primas entre esta parte de Grande-Terre y Pointe-à-Pitre (particularmente con la industria azucarera) Posteriormente, con la llegada de los vehículos y las redes viarias, su uso y el de los canales vecinos (Pointe à Retz, Pinette o Perrin) sufrió un fuerte declive. Durante los largos años de abandono, el Canal des Rotours siguió cumpliendo su función de drenaje y protección de la ciudad durante las lluvias. También se utiliza para la gestión de aguas residuales. Afortunadamente, desde finales del siglo XX, diversas asociaciones se han interesado por él, limpiándolo y manteniéndolo para garantizar su navegabilidad y mitigar la contaminación que sufre. En 2019, la ONF* (Oficina Nacional Forestal) y el DEAL* (departamento de medioambiente, urbanismo y vivienda) acometieron un proyecto de limpieza con el objetivo de garantizar el libre flujo de agua y un aspecto paisajístico que permitiera tanto el ocio (kayak), como el tráfico de barcos de pesca para llegar al Grand-cul de Sac Marin. De hecho, es un verdadero puerto pesquero interior en medio de la ciudad de Morne-à-l’Eau, que sirve como puerto turístico para Grand-Cul-de-Sac Marin.
Este canal constituye un vivero que prolonga el manglar. Sobre todo en los dos primeros kilómetros hacia el oeste. Comunicados con el Grand-cul de sac marin, los manglares rojos, negros, grises y blancos, albergan y alimentan peces y crustáceos (cangrejo de manglares (Scylla serrata), Liocarcinus pusillus, cangrejo moro (Ucides cordatus) o incluso cangrejos violinista (Uca pugilator o Leptuca pugilator)), mamíferos (ratas, mangostas (pertenecientes a la familia de los herpéstidos), mapaches (Procyon lotor) ), y aves (pájaro carpintero de Guadalupe (Melanerpes herminieri), garceta nívea (Egretta thula), zanate caribeño (Quiscalus lugubris), etc.). Su riqueza y tranquilidad lo convierten también en zona de cría. Hasta principios del siglo XX, fue también hogar de manatíes, ahora diezmados por la pesca desmedida destinada a la metrópoli.
El canal, base de la estrategia de desarrollo urbanístico y ecoturístico de Morne-à-l’Eau, forma parte de la historia de su territorio. Además de sus intereses de flora y fauna, es partícipe en los títulos de «ciudad-naturaleza» y «mejor ciudad para la biodiversidad» obtenidos por la ciudad de Morne-à-l’eau. Por otro lado, proyectos como la Ciudad del Agua y la Biodiversidad, con el fin de hacer accesible a todos el conocimiento del territorio y su biodiversidad, fomentan un turismo lo más cercano posible a la naturaleza.
El Canal des Rotours, es un patrimonio con una historia y una naturaleza por descubrir, por loque, ya sea en kayak o en su entorno en desarrollo, es necesario visitarlo. Además se trata de un buen ejemplo que nos da Morne-à-l’eau sobre la rehabilitación y mantenimiento de nuestros espacios naturales.
Enlace visita Canal des rotours–consejo general