Situada en Vieux-Bourg Morne-à-l’eau, la pintoresca playa de Babin domina una masa de agua extremadamente tranquila. Los manglares cuyas raíces se bañan en el mar, vuelven el agua salobre. Bajo los pies, un barro grisáceo, atrae cada vez a más bañistas. Se le atribuyen virtudes contra el reumatismo, la artrosis, pero especialmente contra las enfermedades de la piel. Según los ancianos, es una tradición milenaria que se remonta a la época de la esclavitud. Y si hace diez años solo venían los ancianos a masajearse las articulaciones o aliviar una rodilla dolorida, hoy son familias enteras las que aprovechan los beneficios de la arcilla. Se quedan a la hora del baño o durante toda una tarde, en el corazón de este paraje natural protegido de contornos calizos.

Con una hermosa vista panorámica de North Basse Terre y los manglares, es la única playa cubierta de hierba en Guadalupe, lo que la ha hecho muy popular. El islote Macou, y su frecuentada capilla, se encuentran justo enfrente.

BIODIVERSIDAD

Abierto sobre el Grand-cul-de-sac Marin, el sitio de Anse Babin permite el encuentro del bosque seco, el bosque pantanoso de Pterocarpus, y del manglar, omnipresente con sus mangles rojos (Rhizophora mangle), mangles blancos (Avicennia germinans) y patabanes (Laguncularia racemosa); junto con toda la fauna acuática habitual y la muy presente fauna alada.

POTENCIAL ECOTURÍSTICO

En proceso de convertirse en la capital del ecoturismo* de Grande-Terre, la ciudad de Morne-à-l’eau en colaboración con el Conservatoire du littoral, acometieron obras para la rehabilitación y el refuerzo de las instalaciones de acogida. Su apertura al Grand-Cul-de-Sac-Marin, sus manglares, su reserva natural así como una suave tranquilidad, ayudan a desconectar, y hacen sentir tranquilo y realizado, lejos del bullicio.

Desde la playa, un camino costero conduce a la histórica y acogedora ciudad de Vieux-Bourg, seno de la ciudad de Morne-à-l’Eau, antiguamente Case-à-Lamantin.